13 abril 2008

La micro, el colectivo y la axila...

Tal vez es paranoia mía, pero alguien ha cachado que cuando va llena la micro, y de pronto de desocupa un asiento, la persona que va junto a ti (suponiendo que estás junto a la ventana), prácticamente 'voló' de tu lado. Y es obvio, el tipo se quería sentar solo, pero no, tú no reflexionas eso de inmediato, sino que tiendes a pensar una serie de hueás (porque no son más que eso) como el 'qué onda, huelo mal?' 'nadie se quiere sentar conmigo' 'ahora toda la micro sabrá que no se quiso quedar conmigo'. Y te sentís urgido, incómodo, e incluso mal. Mirai feo y con odio al hueón. Te acaba de arruinar socialmente la estadía en la micro. Así comienza el plan maquiavélico de hacerle lo mismo a otra persona en una próxima vez (que al menos yo nunca llevo a cabo porque me da penita que hagan eso, que te dejen por un asiento desocupado).
Y bueno, desde entonces que me movilizo en colectivo, pero ojo, pasa lo mismo. Pues bien, son tres asientos y supongamos que vas, también, en el lado de la ventana. Sin darte cuenta ya el colectivo se llenó y, después de cierto trayecto, la persona que está de lado de la otra ventana, se baja. Y ahí qué es lo que pasa? simple, la persona del medio se corre, se va hacia la ventana. AAAHHH, inconcebible, todos se corren. En fin, yo ahí sí hago lo mismo, me corro pues pienso que invado su 'metro cuadrado', o bien, su 'zona íntima'. Si me quedo junto a la persona puede creer que me gusta, o no sé, que me agrada su calor corporal del lado derecho (puras hueás se piensan en realidad).
Desde entonces que sólo me subo a colectivos con el asiento delantero desocupado (y ahí pienso siempre que el colectivero no va a querer recibirme como copiloto porque puede pensar que soy menor de edad -siendo que tengo dieciocho- pero ese es otro tema). Ahora, lo malo es que siempre voy atrasada así que, resignadamente, debo subirme a cualquier hueá de colectivo.
Uuuyy, otro tema es el de la gente gorda, esa gente que ocupa casi todos los asientos y hacen sandwich contigo, uhhhhh, qué cosa más desagradable. Eso si que es incómodo.
Y aún me quedan dos reflexiones más para aportar. Hoy me subí al colectivo (entonces eramos dos ya en el asiento) y luego, en el paradero siguiente, se subió una señora con muletas y pucha, hizo un show para subirse (en realidad para NO subirse), onda, le tuve las muletas, la bolsa del pan y luego, por fin, decidió no subirse porque, al parecer, no se pudo las piernas y acotó que había 'poco espacio' (y ojo, yo soy un fideo). Y yo, como persona sensible (eeeh ya), me sentí súper culpable de no poder ayudarla más, quizás debí bajarme o no sé... Pero en fin, pensé eso todo el camino hasta que llegué a la U. Pobre señora.
Y para finalizar, ahora de vuelta, me subo al colectivo, y estaba tan hediondo, tan pero tan hediondo a axila estaba el caballero del lado, que tenía que aplicar la técnica de 'contener la respiración' (la misma que usai cuando pasai por el lado del camión del aseo/basura) para no olerlo. Y ahí le tomé valor al acto de respirar (más que el de que nos mantiene vivos, claro está), respirar algo fresco (no voy a decir limpio, porque lo que menos está es limpio). Y no sé, báñense. Piensen en las personas de al lado, en esas personas como yo. Aquellas que sufren y se pasan rollos.
Adios.

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